El crecimiento lento pero sostenido del oro se ha convertido en la actualidad en un crecimiento rápido, no en vano su valor ha incrementado un 69,45% en los último 5 años según goldprice.org.
A lo largo de la historia se ha considerado el oro como valor refugio por su estabilidad. En épocas de incertidumbre financiera y económica, el oro siempre se ha comportado como un activo financiero seguro, una reserva de valor contra la volatilidad del mercado.
Como la cantidad de oro que existe en el mundo es limitada, su producción es costosa y lenta, hace imposible que se pueda producir en masa para satisfacer toda la posible demanda del mercado. Este aspecto hace que su valor no esté tan sujeto a posibles devaluaciones.
Por otra parte, hay que remarcar que el oro conserva su valor independientemente de las condiciones económicas de cada momento. Por ejemplo, si una empresa quiebra o un gobierno incumple su deuda, los inversionistas de esa empresa o que han invertido en esa deuda pueden llegar a perder todo su dinero. Sin embargo, el oro por su naturaleza física y su valor intrínseco siempre tendrá un valor.
El oro también se considera un refugio contra la inflación ya que en estas coyunturas económicas los activos físicos como el oro tienden a mantener mejor su valor que el propio dinero. Por ese motivo, muchos inversores lo compran cuando la inflación es alta para conservar su patrimonio.
Algo similar pasa con las crisis económicas o como ha ocurrido con la pandemia de COVID-19, momento en el que el oro experimentó un aumento en la demanda y de su precio en consecuencia a medida que los inversores buscaban refugio en medio de la incertidumbre económica y la volatilidad del mercado.
A pesar de las fluctuaciones en su precio, la historia ha demostrado que el oro sigue siendo una inversión sólida y fiable en tiempos de incertidumbre económica y financiera.